Las gafas de ojo de gato se popularizaron en los maravillosos 60: los años en los que la moda se atrevió a ser diferente. Gran culpa de esto la tuvo Marilyn Monroe, quien aún hoy sigue siendo un referente de estilo y feminidad. Podríamos decir que, si Marilyn aún viviese, estamos seguros de que las Marylou serían sus gafas. Y que no se las quitaría por nada del mundo